viernes, 23 de noviembre de 2012

La semilla en la nieve

                                        a Ángel Campos Pámpano
 
 
Quien aguarda un nenúfar
sólo obedece al aire.

Supo volver a casa
y a la vez fue horizonte.

¿Cómo expresar las formas
del frío suavemente?

Vi su clara presencia
a salvo de la noche.

Abrí el balcón, y unía
una voz que era dulce,

una palabra limpia
para el vuelo de un pájaro.

Los sencillos lugares
todavía me sirven.

Soñé también el mar
y una ciudad sin gente.

Volverá tu mirada
al compás de los parques.
  
  

* (El próximo 25 de noviembre se cumplirán cuatro años sin Ángel Campos Pámpano. Sólo por él he sido capaz de romper el silencio creativo y la densidad de mis últimos meses, de algún modo anticipada en un poema de agosto de 2011 titulado Apariencia de límite. No seré el único que lo recordará de nuevo: ahí estarán los blogs; o en su pueblo natal este año hablará de él Luis Arroyo Masa; y releyendo sus poemas habrá un sinnúmero de quienes lo conocieron y trataron, incluidos sus alumnos, que lo tengan presente. Hace poco, en su 'Radio París' de El Cultural, Francisco Javier Irazoki le dedicó una semblanza en la que destacaba “He visto una comunidad unida por el nombre de un creador ausente”. Así lo constató en su trato personal y sus visitas a las Aulas literarias de nuestra tierra. De alguna manera seguimos conmovidos por su falta y la certeza de que fue alguien distinto capaz de concebir además una obra poética donde cada palabra lograba ser “un acto de amor que se hace piedra”, “donde todo es más fácil”. Sin duda, yo entonaría sus palabras para que continuaran y sirvieran a las nuevas generaciones de Extremadura.)
  

sábado, 17 de noviembre de 2012

Emerger

De donde hemos querido, nunca nos vamos del todo. Y con sólo pensar, permanecemos. ¿Quién es capaz de vivir sin sentir ni un momento aun en el lugar más contrario a todos sus deseos?
 
 
* (Este poema fue escrito poco antes de terminar mi primera estancia en Mallorca, a donde regresé al cabo de tres años. Y es el que casi cierra ese cuadernillo titulado Imágenes, encuentros si no es por otro texto final que explica la intención del conjunto. Puede perfectamente dirigirse a cualquiera de los otros espacios en los que he vivido, como a aquellos en los que hubiera gustado vivir placenteramente.)