domingo, 21 de marzo de 2021

Lentitud

¡Qué daga extraña
divisar tan al fondo
irse la tarde!

Deja en los ojos
un licor la tristeza
lejano y amplio.

Sin sol parece
bajo el cielo cubierto
la luz ausencia.

La lluvia empapa
el mar que no se mueve
ni toca el aire.


* (Así estaban los cielos el pasado viernes camino de Santanyí, a la altura de S'Horta, donde Paco de Lucía adquirió una casa de campo para vivir retiradamente. Qué pena no haber podido parar el coche para acompañar este texto con la imagen de la densidad de las nubes, la inmovilidad profunda de la tarde y, al lado, el reposo del mar, todo marcado por una espesa luz azul intensa, anterior a la lluvia y el viento que llegó más tarde.)
 

miércoles, 17 de marzo de 2021

Cadozo

                             a Álvaro Valverde

En el estanque
encontró su reflejo 
el propio Basho.

Agua que corre:
los días y las noches
son como peces.

El cielo cabe
en el orbe imprevisto
de una burbuja.

Dentro del agua
el rumor y el silencio
de lo visible.


* (Pese a que me había propuesto no volver a escribir poemas en haikus enlazados después de culminar el verano pasado la composición de Entorno claro, que en unos meses aparecerá dando cuenta de mi convivencia con ellos a lo largo de una década, la lectura de una reseña elogiosa de Á.V. sobre el libro en haikus A póla branca del gallego Xavier Seoane dio pie a escribir este otro que, contagiado de lo que guarda frescura, quiso brotar con ella en las palabras. Y puesto que la cercanía y el reflejo del curso del agua en algunos poemas de Álvaro Valverde aparece con la atracción y hondura -o "metáfora y verdad"- del paso de la vida y como una poética, qué mejor que brindárselo con la claridad de los cielos que la mañana de aquel viernes ondeaba y a cuya luz esperamos acoger más certezas. El título es una complicidad con los poemas de Francisco Pino asomados al cauce de sus ríos castellanos.)