Esperarte. Me creces en palabras. Y hay un hueco en mi espalda donde puedes poner tu mano e irte. Me quedará, perfil de mi palabra, el roce de una espada, luz sin límite.
Relámpago en la noche. Si asumo ya el destierro, tu enorme resplandor ¿a qué ha venido? No abismes los despojos. Monedas de la noche cruzan bajo el silencio la sed, grises.