¿Qué elijo del camino?
En mi mirada
la luz, la flor, lo roto, el cieno.
En la parte de mí
desposeída
persevera el deseo
en su danza dorada
que con el sol declina.
Cada noche descansa
esa impalpable sombra
piel adentro
en el sueño.
La nota más vibrante
se resuelve en lo mínimo.