y entre juncos roza
la forma de un nombre.
Despliega la noche,
sin que venga el día,
su flor más profunda.
El sueño desciende
a un cuerpo de helechos
fatigado y joven.
Aurora desnuda.
La voz de los bosques
en su piel se ahonda.
Un pájaro ciego
hace de un destello
fulgor y materia.
Descifra a su paso
la senda invisible
vertida a una fuente.
* (Que la poesía genera poesía es una evidencia. No se puede leer un libro de haikus sin contagiarse de ellos. Ante un año que ha sido para casi todos de un tremendo desgaste, estas palabras están dichas para que sostengan lo mejor del presente. Nada es en vano ni nada -de lo mejor- se pierde. Para todos, Feliz 2015.)