lunes, 18 de enero de 2016

Mientras llueve

                              Me basta así
                              Ángel González


El caso es aceptar
lo que somos, el límite,
el cielo abierto bajo el cual estamos,
el sol, las estaciones,
la propia imagen, lo perdido
que nunca va a pasar
y que es memoria
y también fuerza.
La brisa suave,
el rostro inesperado,
la paz, el bienestar
también acuden.
Pero, de paso,
igual que lo valoro cada día,
me despido a la vez
-pues todo fluye mientras lo cuidamos-
del ser que justifica mi presencia
cuyo nombre de amor
pronuncio hija,
y aventa mi promesa
porque ante todo es libre y, sí, me asombra.
Pero no sólo.
Tú que me lees -y con quien hablo-,
con quien puedo cruzarme,
eres parte también de mi lección
y referencia,
razón por la que el mundo no está solo
y su rumor es una lengua necesaria
en cuya escucha me refugio.
Así, más bien,
dejo atento que hable, la recibo, 
y ante su vibración 
soy parte suya.
Cierra este libro, como yo mis ojos,
y ante ese ventanal sabré qué miras.
  

viernes, 1 de enero de 2016

Minucia inagotable

Abres los ojos y la vida es bella
pues la muerte, seducida, se duerme.
Puede doler no haber llegado antes.
El tiempo pasa. No sentir es fracaso
cuando en cada color residen sensaciones.
Sabes del espejismo y del errar de los dioses.
Como también del ritmo y de la confianza.
Puedes alzar la imagen del recuento y la veta
que al buen tacto retiene. El día nace 
con su suerte de hallazgos y luces temporales.
Disuelves la demora. Cuidas la paz del sueño.
Mas la fuente que sacia
todavía no mana aunque el rumor se oye.