lunes, 18 de enero de 2016

Mientras llueve

                              Me basta así
                              Ángel González


El caso es aceptar
lo que somos, el límite,
el cielo abierto bajo el cual estamos,
el sol, las estaciones,
la propia imagen, lo perdido
que nunca va a pasar
y que es memoria
y también fuerza.
La brisa suave,
el rostro inesperado,
la paz, el bienestar
también acuden.
Pero, de paso,
igual que lo valoro cada día,
me despido a la vez
-pues todo fluye mientras lo cuidamos-
del ser que justifica mi presencia
cuyo nombre de amor
pronuncio hija,
y aventa mi promesa
porque ante todo es libre y, sí, me asombra.
Pero no sólo.
Tú que me lees -y con quien hablo-,
con quien puedo cruzarme,
eres parte también de mi lección
y referencia,
razón por la que el mundo no está solo
y su rumor es una lengua necesaria
en cuya escucha me refugio.
Así, más bien,
dejo atento que hable, la recibo, 
y ante su vibración 
soy parte suya.
Cierra este libro, como yo mis ojos,
y ante ese ventanal sabré qué miras.
  

2 comentarios:

Alfredo J Ramos dijo...

Asiento, Carlos: «el mundo no está solo / y su rumor es una lengua necesaria». Escuchar y, acaso, tratar de decir sus palabras son las dos caras de un mismo empeño que llena la vida. Un abrazo.

alberto tell dijo...

Honda...gracias por escribirla