En ti vi sin embargo
lo que no me darías.
Más allá de tus versos,
de nuevo estaba sola.
Vislumbré en tu figura
mi más audaz derrota,
mi inasible carencia
con que huir de mí misma,
la sed que se destruye
tras alcanzar su forma.
Un esplendor me acoge
porque detrás soy nada.
Tú sabrás olvidarme.
Yo cada vez que escribas
cortaré de tus rosas
la voz que nunca muera.
Llegué a esculpir el aire:
había en ti su belleza.
* (Este artículo de Blanca Berasátegui en El Cultural sirve para recordar la historia de esta joven artista que se suicidó a los 24 años por amor a JRJ, ahogando en la frialdad de ese acto todas las insatisfacciones de su exacerbada sensibilidad y breve vida. Debió forjar en JRJ el culmen de sus aspiraciones, más allá de la imagen del padre suficientemente amoroso que no sé si tuvo. Al encontrarme hoy de nuevo con su historia en la prensa, qué menos que ofrecer para su voz este poema.)