viernes, 18 de agosto de 2023

F.G.L.

18 de agosto. Hoy la muerte recuerda
el temblor indebido de un joven sudoroso, 
hondo y frágil, maniatado, sin rumbo,
marcado por un naipe de venganza inclemente,
truncado injustamente a espaldas de la noche.
No queda rastro alguno del final destrozado 
del sueño irrepetible de un gigante indefenso,
brillante como un niño escondido en un pozo
persiguiendo el hechizo de un reflejo inasible
que siente con la fuerza de la nieve que arde.
Su voz volcó el latido de todos los relojes.
Desató sin saberlo el pulso más invicto.
El odio maldiciente derribó su figura
para que su silencio no incendiara los ojos
con la sed admirable de todo lo visible.
La tierra es un secreto donde cabe su sangre.
Basta leer sus ojos para saberlo quieto
dormido bajo el agua al calor de las huertas.
Nació para dar vida y ese fue su delito.
De volver llegaría desnudo e impecable,
perforada su alma de jazmines ilesos.


Cala Torta, al atardecer, 18.agosto.2023





Take this waltz, por Leonard Cohen https://www.youtube.com/watch?v=jWMOqVKHeSQ 

Pequeño vals vienés, por Silvia Pérez Cruz https://www.youtube.com/watch?v=vx5CW0Vyvi8 


viernes, 11 de agosto de 2023

Leviatán

veces las palabras 
dan frío, sus raíces 
se pierden en el miedo, 
desconocen, carecen, 
hacia nada conducen, 
proceden de una noche 
confusa e invariable 
como un fango que cubre 
un espacio deforme. 
El hombre las emplea 
con hambre de tinieblas, 
desde una furia inútil 
obcecada y de sombra. 
Son un rumor sin aire, 
una voz que no expresa, 
la deforme semblanza 
de un ruido permanente. 
Su estrépito y renuncia 
invocan el fracaso 
de alzarse contra aquello 
que era luz en su origen: 
la intensidad de un arco, 
la verdad inocente, 
el pálpito del mundo 
donde honrar su reflejo, 
donde ser y mirarse 
y al tiempo descubrirse. 
Las palabras nacieron 
como brota en silencio 
la tierra cuando late 
al recibir la lluvia. 
Recuerda su comienzo 
de lenta transparencia, 
su entrega minuciosa 
empapando los rostros. 
Las palabras respiran 
al sostener el aire, 
son el hilo invisible 
de todo lo que existe. 
Lo que mancha sus voces 
evítalo si buscas 
discurrir sin más nada, 
vibrar en lo que halles. 
El agua siempre fluye, 
óyela como corre. 
El linde de su orilla 
es la sed que disuelve. 
Lo mismo en las palabras: 
no enturbies, no recubras 
de neblina sus ojos, 
deja que te despierten 
con la imagen del mundo  
y que ellas pronuncien 
lo que al callar intuyes. 
El hombre nace, crece, 
en sus manos recibe 
el misterio de un ave, 
el fuego y sus visiones, 
el don del horizonte. 
Sin embargo su esfuerzo 
como el olvido asola. 
El mundo que procura 
muchas veces sucumbe. 
Lo que amen tus ojos 
será lo que te lleves, 
la fuente del silencio 
que era el ser de los nombres.