lunes, 26 de febrero de 2018

Seguridad

Acepta ser amada por un hombre
que dibuja en tu imagen su palabra primera.
 
Acepta que eres fuente de ti misma
y el día se ordena porque tú despiertas.
 
Acepta la verdad: nada comienza
-ni tú, ni el simple germen de una hoja-
que vaya a declinar en mi memoria.
  
Cuando caiga la tarde, en las hogueras,
la noche emergerá por ser tú misma.
 
 
* (Hace unos años alguien me pidió que escribiera un poema sobre ese territorio -¿ideal, accesible?- del alma gemela. En el fondo, de la relación amorosa. Ante un encargo o reto, la respuesta nunca puede partir de nada. Ha de haber un rescoldo desde donde poder hablar en sintonía o resonancia. El poema quedó, como otros muchos, guardado, a la espera de que su factura y su bagaje de verdad o de niebla lo decantara el tiempo. Ahora que los últimos fríos del invierno se alternan con los primeros soles de la primavera puede ser el momento de dejarlo volar y compartirlo.)
 



viernes, 16 de febrero de 2018

Cercanía del alba

Antes de que se vaya
la última nevada
que aún brilla en estas cumbres,
la noche que nos hiela
no vence al corazón
que duerme a oscuras.
A quien guarda las horas
o callado confía,
el mismo inmenso cielo
negado por las nubes
será capaz de abrir
la templanza del suelo,
la luz que al cuerpo entibia;
y el brote de la flor,
como el pulso que torna,
desprenderán la soga
de la misma penumbra
que al horizonte ciega.
La noche nada impide.
No es su reino la sombra,
ni lo oculto soporta
mucho tiempo a la vida.
La oscuridad persiste
lo mismo que los límites
vencidos por la fuerza
de vivir sin fatiga.