sábado, 31 de diciembre de 2016

Como si nada

Tráeme lo más simple,
lo que no tenga precio.
Y al callado vaivén
-de verte, de no verte-
dale, sonoro mar,
cumbre de árbol.
 
 
* (En este día y últimas horas del año, este poema de A lo breve deja en el aire su mejor deseo para el año entrante. Así sea para todos.) 
 

sábado, 24 de diciembre de 2016

(Casi) dos tankas

Se abre el Sol.
El invierno renace
con más latidos.

La vida se descubre
más allá de los límites.

              *   *   * 


Cuando me llames,
acude a mi ventana
como la lluvia.

El blancor de una garza 
chapotea en tu iris.

 
* (Pese a mi inclinación por el haiku tanto en su disposición clásica como en esa variedad más libre de la jaiquilla, no había intentado nunca la escritura de un tanka. Un artículo reciente -impreciso, cuestionable en matices, en la prensa- me animó a intentarlo. Como otras veces, el sencillo contacto con la naturaleza -el encuentro con una garceta blanca al sol en un prado tras unos días de torrenciales lluvias- dio pie a a este primer intento, poco a poco resuelto. De ahí el casi. Felices Navidades, con un creativo y favorable deseo a lo nuevo que venga.)
      

sábado, 19 de noviembre de 2016

Lo que no me darías

En ti vi.
Sin embargo
de nuevo
estaba sola.
 
Vislumbré
la derrota
para huir
de mí misma.
 
Mi carencia,
la sed;
un esplendor,
la nada.
 
Ya no soy.
Cuanto escribas
tendrá siempre
del aire
la belleza.
 
 
* (Supongo que el regalo más especial del narrador es llegar a sentir, al desvelársele sobre el papel, el interior de los personajes de su historia. Al revisar a mediados de septiembre una serie de poemas de los últimos años, al llegar a No lo leas ahora volvió a impactarme la figura e historia de la joven pintora y escultora Marga Gil Roësset, amiga de Juan Ramón y Zenobia. Guardaba una copia del poema con una serie de palabras marcadas en cursiva que leídas independientemente permitían otra voz más delgada en paralelo, por debajo. Al juntarlas, las dejo así -escribir es un juego- para honrar lo que todavía apela a la emoción y nos incita al entendimento y la escucha.)
 

sábado, 8 de octubre de 2016

Portal

El pozo que sosiega.
Tú estás: conocimiento,
y lo helado florece
olvido íntimo.
 
 
Fruto verde a la tarde.
Temor -gélida noche-
todavía a lo breve,
a lo impreciso.
 
 

* (Por invitación de Ángel Campos reuní para un número de La Centena una serie de poemas breves -y por tanto esenciales- de aquel momento, emparentados con el conocimiento del haiku aunque sin querer verme ceñido al escribirlos a su estricto canon métrico. En aquella edición en octava, tamaño también pequeño, las más de las veces los fui ordenando de dos en dos por página en un contraste o suma que quería potenciar la expresión de unos textos ya de por sí más dados al destello que a la pincelada de trazo ligero. No había mostrado en este blog ninguno todavía, más bien aquellos que, como expliqué, quedaron indebidamente fuera. Lo cual demuestra que este cuadernillo cualquier día podría ser ampliado y retomado, a pesar de los años transcurridos, con la intención de aquel espíritu; o al menos intentarlo.)
   

miércoles, 21 de septiembre de 2016

Imagen

                       a José Luis Bernal 
 
Rechazamos el límite
y de él viene la forma.
El mundo es un contorno
de belleza tangible,
un rumoroso impulso
o un ávido cobijo.
El entorno inmediato
es medida creciente
de todo lo alcanzable.
Cabe en él suficiente
remanso y su materia
aguarda ser espejo,
proyecto, o el espacio
donde cada elemento
nace también escrito.
Son un humilde alarde
los sucesos diarios.
Nada queda tan lejos.
Lo fugaz, lo concluso
confluyen al trazado
del relieve del mundo.
Con forma de nostalgia
perfilan nuestros ojos,
suavizan el deseo.
El sueño abre otras puertas
que preludian lo nuevo.
Bajo el sol lo radiante
extiende sus colores,
resuena en nuestro pecho
el rumor de seguirlo.
 
 
* (Estaba en el blog de notas del penúltimo móvil, que le ha dado por resucitar. Suelo escribir mis poemas tecleando en ellos, convertidos desde hace mucho en mi agenda, al ir conmigo a cualquier sitio. Era un poema fechado, no concluido y con buen aspecto, para salvar entre otros apuntes sin interés. Por suerte, la lectura me llevó a retomarlo y esto es lo que terminé de componer ayer mismo. Coincide con esta favorable noticia de José Luis Bernal, que me ha alegrado, y a quien le brindo, con hermandad, este poema para celebrarlo.)
 

jueves, 1 de septiembre de 2016

Frescor

Más allá de la espera
mi voluntad comienza.

Ninguna duda
de que es necesidad
captar la brisa.

Tan pocas cosas
nos van a conducir
en tardes claras.

Una llamada
-del interior o tuya-
dará a las horas

esa concavidad
donde la luz avanza.

Jardín para la boca que recuerda,
imagen del sentir que inicia.

La vocación de vida
otorga y nombra

tan ligera certeza,
fragilidad en suma.

 

* (Hoy 1 de septiembre el blog cumple años. En marzo por primera vez tuvo un parón de meses en los cuales no he mostrado poema alguno ni anterior ni reciente. Una pausa obligada. Del mismo modo que alegra que reaparezca la escritura y esta hable sin esperarlo como un reflejo fiel de lo vivido y desde la visión esencial que al cabo importa. Citémonos en adelante en el vaivén de lo imprevisto.)
  

jueves, 31 de marzo de 2016

Demora

A veces el decir cuesta o no importa.
Es el silencio la señal
de que es mejor la espera,
que la palabra ya brotará
de lo que ahora
aún se prepara
o es vagamente una canción indefinida.
Decir es la figura y certidumbre
que sólo expresará quien llegue a ella
y la conciba sin esfuerzo
como se llega a la intuición o se entra al sueño.
Callar por tanto es respetar
que se diluya cierta frontera o sima
de lo que queda atrás o más bien no inaugura,
que no conduce en este instante a nada
que sea verdad o tentativa 
diferente y nueva.
Más bien la ingravidez ha de quedar
en el sabor y la memoria.
La palabra no urge a que se diga
y como el agua fluye sola. Está ahí.
Sabe aguardar a quien un día
la toca y hace suya
y entonces siente esa realidad
que se desliza y nombra
con la facilidad de las horas templadas,
las mismas que estos días asoman
y pueblan de color trinos y brasas
las tardes que hacia abril se desperezan.
Callar también es dar
y es la nostalgia
de la conciencia que, al mirar, 
de sí se olvida. 



* (Más de un amigo de este blog me ha incitado a escribir, sin que ello yo lo sintiera como una urgencia o prioridad, ni tampoco, por ese aparente silencio, una pérdida. Cada cosa a su tiempo pues cada impulso encuentra su momento. No sé si este poema responde de algún modo a esa invitación, o si tampoco hace falta referirse y justificar ritmos, ocasiones y prioridades de la vida, ni previsibles ni seguras. Vivir es un azar y mucho mejor hacerlo libre. Lo volátil de todo encierra una lección lúdica. Mientras tanto, nos bastaría, en los momentos más duros, con que la ligereza se sostuviera más allá del deseo y la sonoridad de esta grata palabra.) 
  

martes, 9 de febrero de 2016

Confluencia

                                               a Vicente Gallego

Al trasluz de una tarde luminosa
bajo un sol impecable
la flor rosada y blanca del almendro
mece sobre los surcos
el pulso del relieve que circunda:
roca, hendidura, lagartija, matas,
niña que corre o mujer que sueña
con una tarde al sol
que el pintor y ella misma
contemplan a distancia, sin tocarse, sin verse,
y a la vez les sucede
que los envuelve
un ave, una brisa y una fuente
junto a un monte, un camino y una choza.
Luego, la inmensidad del mar
y estas palabras
donde no importa que se ponga el día
si el fuego permanece.

 

* (Por más que el gusto de escribir no es fácil sin el ocio o la disposición propicia, hay borradores que se rebelan contra ese silencio. Tener la paciencia de guardarlos hasta el día en que perfilados cobran vida propia nos devuelve el aliento. La creatividad era eso: centramiento, pureza.) 
 

lunes, 18 de enero de 2016

Mientras llueve

                              Me basta así
                              Ángel González


El caso es aceptar
lo que somos, el límite,
el cielo abierto bajo el cual estamos,
el sol, las estaciones,
la propia imagen, lo perdido
que nunca va a pasar
y que es memoria
y también fuerza.
La brisa suave,
el rostro inesperado,
la paz, el bienestar
también acuden.
Pero, de paso,
igual que reconozco cada día,
me despido
-pues todo fluye mientras lo cuidamos-
del ser que justifica aquí mis días
cuyo nombre de amor
pronuncio hija,
y aventa mi promesa
porque ante todo es libre y, sí, me asombra.
Pero no sólo.
Tú que me lees -y con quien hablo-,
con quien puedo cruzarme,
eres parte también de mi lección
y referencia,
razón por la que el mundo no está solo
y su rumor es una lengua necesaria.
Así, más bien,
dejo que hable, la contemplo, 
y ante su vibración 
soy parte suya.
Cierra este libro, como yo mis ojos,
e igual que a un ventanal sabré qué miras.
  

viernes, 1 de enero de 2016

Minucia inagotable

Abres los ojos y la vida es bella
pues la muerte, seducida, se duerme.
Puede doler no haber llegado antes.
El tiempo pasa. No sentir es fracaso
cuando en cada color residen sensaciones.
Sabes del espejismo y del errar de los dioses.
Como también del ritmo y de la confianza.
Puedes alzar la imagen del recuento y la veta
que al buen tacto retiene. El día nace 
con su suerte de hallazgos y luces temporales.
Disuelves la demora. Cuidas la paz del sueño.
Mas la fuente que sacia
todavía no mana aunque el rumor se oye.