mi voluntad comienza.
Ninguna duda
de que es necesidad
captar la brisa.
Tan pocas cosas
nos van a conducir
en tardes claras.
Una llamada
-del interior o tuya-
dará a las horas
esa concavidad
donde la luz avanza.
Jardín para el sendero que se interna,
imagen del sentir que inicia.
La vocación de vida
otorga y nombra
tan ligera certeza,
fragilidad en suma.
* (Hoy 1 de septiembre el blog cumple años. En marzo por primera vez tuvo un parón de meses en los cuales no he mostrado poema alguno ni anterior ni reciente. Una pausa obligada. Del mismo modo que alegra que reaparezca la escritura y esta hable sin esperarlo como un reflejo fiel de lo vivido y desde la visión esencial que al cabo importa. Citémonos en adelante en el vaivén de lo imprevisto.)
2 comentarios:
Me alegra que tu 'isla de lápices' se llene de frescor, como reza el título de este hermosísimo poema que nos has regalado después de un paréntesis. Un abrazo, Luis Arroyo
Buen retorno, Carlos. Seguro que en la Isla de lápices aún quedan manantiales por descubrir, paisajes que dibujar. Lo iremos viendo.
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