geometrías a un aire
inalcanzable.
Siente el hechizo
adentro de los ojos
su luz tangible.
Cuánta belleza
distante, que retienes,
devuelve muerte.
Lleva el aliento
el sueño de cristales
del laberinto.
* (Al releer a principio de agosto algunos de los poemas cortos que no incluí en A lo breve, salvé de nuevo las tres o cuatro composiciones que lo merecen; imaginé los cambios que tendría el cuaderno con la incorporación de esos materiales de entonces, además luminosos, lo que es una cualidad que hubiera querido -hoy- para todo el conjunto. Pero es imposible la inmersión en una poética agradable sin que haya contagio. Es lo que ha sucedido en este nuevo poema en cuatro haikus libres escrito entre el mar de la bahía de Alcudía y un viaje a Extremadura y Valladolid, y que es un canto, sin nostalgia ninguna, a la fascinación de la vida que sucede delante de nosotros, sin duda por la participación del sentir y la mirada que la recoge.)