lunes, 10 de marzo de 2025

Dulce piedra

Sumergida en el sueño,
al rumor de la sangre
y el pulso del aliento,
una efigie respira.
Se mece su silueta
varada en una imagen
de quietud intangible.
A la vez yace libre
y ajena a lo sublime.
¿De qué lugar perdido
nos cautiva el misterio
que en su reposo late?
Antes que llegue el alba,
¿su luz de dónde viene?
Como dioses humildes
que pasan en silencio
son frágiles mis pasos
ante su hechizo hondo.
Si un ruido la desvela,
el mármol sería vida
entreabriendo sus ojos. 
En su cuerpo la bruma
al temblar se disuelve.
Por encima del tiempo,
una mano de aire
dejó el soplo en sus labios
y en mí esa leyenda
de un alto paraíso.


* (Quien visite el Castillo de Bellver de Palma, en unas sus salas encontrará expuestas piezas de la colección de esculturas del Cardenal Despuig (Palma, 1745 - Lucca, 1813) que el Ayuntamiento de Palma gracias a la intervención de la Societat Arqueològica Lul·liana y otros intelectuales del momento adquirió en 1923 evitando que se dispersara completamente. Leo sobre él que Antoni Despuig i Dameto fue hijo de los Condes de Montenegro y uno de los personajes más destacados de la ilustración mallorquina, mecena de artistas, miembro activo de la Societat Econòmica d'Amics del País y colaboró, por ejemplo, en la creación de una escuela de dibujo. Durante los años en que residió en Roma reunió una importante colección de piezas escultóricas y epigráficas clásicas, algunas provenientes de una excavación en Ariccio en la que él mismo participó. También encargó numerosas copias de piezas de su agrado o las compró a anticuarios. 

Gracias a esto, podemos disfrutar así del legado de su coleccionismo. Una de las piezas más atractivas de este conjunto es una copia en tamaño mucho menor de la obra conocida como el Hermafrodita durmiente, en mármol, que se encuentra en el Museo del Louvre y es una escultura romana a tamaño natural que a su vez era copia de un original griego. Se atribuye a Policles el Joven en torno al s. II a. de C. Fue descubierta en 1608 cerca de las Termas de Diocleciano en Roma y pasó a formar parte de de la colección de arte del cardenal Scipione Borghese que encargó a G. Bernini el añadido de ese colchón en mármol de Carrara sobre el que reposa. Un historiador de arte como Kenneth Clark atribuye a esta obra un influjo notable sobre la Venus del espejo de Velázquez.

Cualquier otro comentario sobre la belleza, la armonía de las formas, el placer de la contemplación, la serenidad del buen gusto y el impacto de ver logrado en piedra el ideal vivo de la hermosura de la juventud y la euritmia de cualquier elemento, desde el cabello a los pies, de ese cuerpo andrógino, espléndido y admirable en su reposo, sobran salvo la resonancia que produzca en nosotros. En esos ideales clásicos del arte iba cifrada también la elevación del espíritu. En cualquiera de sus formas, el cultivo de la delicadeza sigue siendo hoy en día la mayor rebeldía contra la barbarie y una vía interior hacia la exquisitez en la vida y en el arte. Al volver en estos días de lluvia a un borrador antiguo, dio pie a completar este poema que esperaba su momento.)

la copia del Castillo de Bellver

una imagen de la escultura del Museo del Louve