en mi pulgar
no duele.
Ha brotado para salir al Sol
y afuera,
quiso reconciliarse.
Líquida,
en su color,
aún late.
De ti vuelve.
Tout est consenti
Je m'abandonne
Au silence à la nudité
Minérale du chant
Forêts et champs
Rivières laissez-moi passer…
Le cœur tremblant
Je cherche la beauté
Vêtue de la nuit
Qui vous a renversés
D'un cri
(Anne Perrier)
* (No sé si lo he dicho ya o tan sólo pensado que en unas líneas conseguidas de un autor está todo su adn personal y literario por el que podemos acceder a cualquiera de sus claves, e incluso, en una mirada más comprensiva y sin prejuicios formados, es decir, desde la rendición del que se abre a lo leído, acceder a su posible evolución y reacciones sin que nos extrañe comprobarlo después sobre otros textos suyos. Lo importante del alcohol no es apurar toda la botella sino el contagio y sabor del primer sorbo, o de las copas capaces de abrir el punto exacto de la percepción diferente y entusiasta de la comunicación y el momento. Es así como creo que se ha de abordar el porqué y el modo de acercarse a lo literario. Algo nada cuantitativo -salvo para quien así lo desee o necesite- sino más bien selecto y exquisito como todos los placeres del mundo o nuestra relación con los sentidos: la inmersión poco a poco en lo que más queremos, el disfrute de los pequeños y demorados gestos, la preferencia por la intimidad o el paladeo. También, tras ciertas especiales lecturas, no sabemos si después escribimos desde la dimensión que el contagio de ese otro sentir y pronunciar en nosotros ha hecho, o somos el posible vehículo por el que esa expresión pueda seguir llegando. En ese sentido se diluyen las fronteras de la individualidad y la diferencia. En este poema reconozco la huella de Anne Perrier a la que de nuevo menciono. De quien la volcó al castellano, Rafael-José Díaz, conservo unas palabras que entienden ese encuentro más allá de las mismas y las barreras del espacio y el tiempo: "este tipo de relaciones íntimas entre un corazón y otro es lo que genera la poesía. Los traductores nos sentimos tanto más honrados por haber servido de puente entre un alma y otra.")
1 comentario:
Desde su ventanal de París, Francisco Javier Irazoki me proporciona su traducción a este poema de Anne Perrier. Gracias, amigo:
Todo está consentido
Me abandono
Al silencio a la desnudez
Mineral del canto
Selvas y campos
Ríos dejadme pasar...
El corazón tembloroso
Busco la belleza
Vestida de noche
Que os ha derribado
Con un grito
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