miércoles, 15 de enero de 2014

Cita

Sin la montaña 
no podría la nube 
rozar la hierba. 
 
Cuando a ella subes
el aire que te envuelve 
es la memoria. 
 
Y es más profunda
el ala que hacia adentro 
toca y te abisma.
 
Desde la cima 
la mirada descubre 
cada minucia.
 
En ti se unen
la senda y el aroma
de lo que vibra.

La voz callada
que en esta lejanía
la altura atiende.
 
La luz persiste
en el trazo imprevisto
de la palabra.  
 
Otro es quien baja 
y recibe en silencio 
la transparencia.
 

1 comentario:

Alfredo J Ramos dijo...

Un hermoso zigurat de palabras, Carlos. Tampoco el que sube a esta cita es, tras descender, el mismo.