la magnitud más simple.
Bajo su aroma blanco,
un lugar impalpable
en el aire suspende
el aliento si es frágil.
Quien pierde el alma
sólo a veces la intuye.
Deja que evoque
su figura la fuente.
Un ave o una hiedra
bastan y la sostienen.
De repente, en un patio,
la quietud gira libre.
* (Abril no es el mes más cruel pese al verso de Eliot, por seductor, tan bello. Ya ha cesado el frío, la luz y los días son más largos, quien esto escribe cumple años. Se abre el deseo o el presentimiento de lo mejor que también somos y nos merecemos. Pese al peso invisible que deshacemos hace años al lado de estas ráfagas de lo intenso y translúcido. Su inminencia devolvería el gusto y sentido -el centro- que buscamos en lo cercano, en lo pequeño, en nosotros. Ahí, a un paso.)
Imágenes del patio de la casa de Víctor Guerrero Cabanillas y Nieves Moreno Horrillo en Villanueva de la Serena donde tuvieron la delicadeza de colocar este poema mío en una placa de cerámica de Mensaque. Enormemente agradecido.
3 comentarios:
Hermoso poema, Carlos. En su centro.
Feliz cumpleaños, Carlos. Y hermosos poemas. Un abrazo.
Gracias a ambos, Alfredo y Álvaro. Esperemos que lo que queda dicho en este poema en palabras sea a diario anticipo del mejor deseo, al menos por más tiempo.
Y el gusto es el de vuestra amistad y el de la satisfacción al leeros. Como dicen en Mallorca al celebrar algo "molt d'anys". Pues eso, por muchos años.
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