miércoles, 8 de julio de 2015

Arcano

                             yo vengo de las piedras
                             y rehúsan mis huesos
                             lo lejano y lo tibio
                                                  Silvia Tocco


No esperar. No sentir.
Puedo ahora
moldear el silencio.
¿Ver en él?
Leo un poema tuyo.
La rosa de los vientos
cuando gire
no volverá a esa edad
ingenua y ávida,
impulsada a seguir
día a día un trayecto
entrevisto,
y agudo 
como un grito
cuyos fragmentos
frágiles, y a la vez
decisivos,
desvelaran un rostro
que nos hablase luego.
Dame ahora esas alas
que recojo
sin sed de cielos rotos.
Hoy que puedo acogerte
ya descalzado el miedo
y hago de cada hueco
un seno o un olvido.
Esa llama escondida
que aún espera
del aire
el fondo de los nombres
ha de crecer 
y puede
hallar aquí
la brisa de una mano,
la serena corriente
que deslice a los pies
la desazón,
el dulce titubeo,
el pulso de las noches,
su libertad valiente
asomada a la piel
y a tu cabello.
     

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