Un colgante jardín, sin nadie,
abandonado, a dónde da.
A donde el tiempo flota
gentil y reclinado en el silencio.
Un rostro lo contempla tras la lluvia.
Las hojas en su danza casi tiemblan
y el óxido se aferra a cada grieta.
El sol acude como el día primero
y el aire lo protege en su reflejo.
Al pie de la cancela que a tu paso
revive estas señales imprecisas.
2 comentarios:
¿Quién no desea un jardín así :-)?
Un abrazo, Carlos, y Felices Pascuas
y feliz Primavera.
Igualmente, Myriam. Es de una casa de Santa Margalida, en pleno centro y en ese privilegiado enclave. La belleza del sitio la permitía la luz y la temperatura del buen día. La primavera aquí en Mallorca se resiste todavía a aparecer del todo sin rastro de los cielos y el frío del invierno. Feliz Pascua.
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