encuentra su emoción,
halla su forma.
Dirige hacia tu centro
ese sentir perdido e infinito
por lo que no se borra y ya se ha ido:
imagen de un edén
aún vislumbrado
que en ti has reconocido a pesar de la tierra.
¿Cómo es la noche
que hace ininteligibles los lamentos?
¿Y a la orilla de qué
la espera olvida?
La soledad,
como un violín que hiriera la carne en su pureza.
Te acompaña por fin la luz más honda:
como un violín que hiriera la carne en su pureza.
Te acompaña por fin la luz más honda:
el roce de la imagen que perdura,
el hielo donde el tiempo ya no avanza.
Sucede en ti el aroma. El cielo calla.
La noche late sola, impar y fría.
Nadie puede entender lo que ve desde fuera.
Nadie puede entender lo que ve desde fuera.
* (Este poema, escrito en mi último año de estancia en Jaraíz, y hoy rescatado de su cuaderno por primera vez tras una relectura, sirve para recordar que tal día como hoy hace 10 años empezó la aventura de este blog, sin la certeza de la continuidad, pero con el afán de su cuidado. Y sin embargo ha sido una de las tareas más fieles y, para quien esto escribe, no pocas veces gratificante y sorprendente.)
2 comentarios:
Hola, buenas noches Sr. Carlos Medrano!
pase por aqui de casualidad y quise decirle que me encanto su poesia-homenaje a su amado blog. Todo me parecio calmo, nostalgico y misterioso. Queremos tanto a nuestros blogs!
Saludos 🌺
Muchas gracias, amiga. Es un regalo cada vez que un lector comenta sus buenas sensaciones ante la lectura de un poema compartido. Y si eso le ha hecho sentirse mejor o conectarse con una dimensión personal más cierta gracias a la sensibilidad que se abre mediante la intuición o el arte, esa puerta es de las mejores que nos produce la creatividad de la escritura: revelarnos o iluminarnos de pronto zonas inesperadas y valiosas de la vida.
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