Los días en los que pensamos que la vida en gran parte ya se nos ha ido (y es materia de olvido o ruina para el recuerdo) y cuando reconocemos esa relativa derrota de la fugacidad de los años, compensa el sereno placer de contemplarla y dirigirla desde la lucidez que sustenta la perseverancia del viaje hacia un secreto puerto, así como no importan el vacío y las máscaras cotidianas, incluso las más íntimas, que saludamos sin remedio a diario.
1 comentario:
La perseverancia del viaje y el secreto puerto quizás lo cifren todo.
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