martes, 7 de julio de 2020

Hiedra

Cuando me llames,
acude a mi ventana
como la lluvia.
 
Con sus latidos,
una raya de sol
rasga el invierno.
 
Y añiles cielos
llegan con pies descalzos
desde el otoño.
 
Ante mi puerta,
la certeza del agua 
y de la sombra:
  
el verde aroma, 
la música elevada 
y una silueta.
 
 
* (Revisando materiales antiguos y no muy conseguidos rehice este poema que ahora saco acompañado de esta imagen de una casa de Fornalutx en un viaje reciente.)
 

 

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