martes, 4 de agosto de 2020

Reflejo

Esa avecilla
en su vuelo que inicia
lleva tu iris.
 
La tarde llena
de arrayanes y nubes
cada mirada.
 
Siempre florece
la plaza de tu infancia
cuando la nombras.
 
Vendría la nieve
despacito a decirte:
si quieres, cuídame.
 
 
* (Hace unos días, de las bondades que más aprecio de FB, supe del cumpleaños de una amiga toledana que conocí en 2017 al asistir a la presentación del libro Educación nocturna de Hilario Barrero, tras un encuentro gratísimo en grupo después de una jornada matinal en la Feria del libro de Madrid de aquel año. Quise regalarle un haiku, pero acostumbrado a enlazarlos, no supe hacerlo suelto... Como viví y trabajé en Toledo en 1991, todo ese mundo y el de Hilario, cada vez que lo citan me resuena como algo propio. Podría visitar esta ciudad de nuevo sin perderme. Y he de hacerlo. Molt d'anys, Sagrario.)
  

2 comentarios:

Por hache o por be dijo...

Te nombramos toledano de adopcion y honorable vecino del barrio de Santo Tomé.
Qué precioso regalo. Un abrazo.

Carlos Medrano dijo...

El regalo, Hilario, es ese lenguaje del corazón que comparto con vosotros, porque gente como Sagrario y tú sabéis cuidarlo. Nada es más hermoso que amar el ser de un sitio, pero nada más generoso que hacerme parte del territorio tuyo. Toledo y Brooklyn los visito con frecuencia al leerte y ver tus fotos. La distancia se vuelve una dimensión de lo cercano.

Ser de Santo Tomé, Abc, 11.11.2012