a Álvaro Valverde
En el estanque
encontró su reflejo
el propio Basho.
Agua que corre:
los días y las noches
son como peces.
El cielo cabe
en el orbe imprevisto
de una burbuja.
Dentro del agua
el rumor y el silencio
de lo visible.
* (Pese a que me había propuesto no volver a escribir poemas en haikus enlazados después de culminar el verano pasado la composición de Entorno claro, que en unos meses aparecerá dando cuenta de mi convivencia con ellos a lo largo de una década, la lectura de una reseña elogiosa de Á.V. sobre el libro en haikus A póla branca del gallego Xavier Seoane dio pie a escribir este otro que, contagiado de lo que guarda frescura, quiso brotar con ella en las palabras. Y puesto que la cercanía y el reflejo del curso del agua en algunos poemas de Álvaro Valverde aparece con la atracción y hondura -o "metáfora y verdad"- del paso de la vida y como una poética, qué mejor que brindárselo con la claridad de los cielos que la mañana de aquel viernes ondeaba y a cuya luz esperamos acoger más certezas. El título es una complicidad con los poemas de Francisco Pino asomados al cauce de sus ríos castellanos.)
1 comentario:
Muchas gracias, querido Carlos. Eres un gran haikista. Abrazos y salud, Álvaro
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