sábado, 1 de mayo de 2021

Como el que cuida un ramo

                                 Prou sé que he de dir-vos adéu
                                                         (Marià Manent)
 
Bien sé que un día he de deciros adiós,
serenas sensaciones de estos días templados.
Pero vibraré en todo lo que sois y seremos
tal como os conocí, otra vez nuevamente,
arroyo, valle, bosque y cielo,
y también tú, perfil y voz cambiada con el tiempo
y, sin embargo, testigo firme y limpio 
a quien sólo ya con mirar siento y dialogo.
Un leve paso
en el que no me sentiré lejano ni impedido de veros,
sin ausencia de luz que afile los contornos
por los que obtuve y sorprendí los confines del mundo,
lenguaje para siempre de un pulso conmovido,
nacido tan adentro, sin división ni peso,
en la raíz del sentido que sostiene en lo íntimo
esa continuidad innumerable
que va de cada signo a su elemento
y halla en el universo un recorrido.
Será como la flor abierta del crepúsculo
en la mano dormida aún yacente
que sostuvo
memoria y travesía, tez y aliento,
y ocupa el corazón saciado a veces.
Porque un día veré nevar,
rodar el aire en el calor del verano,
abrirse la estación del deshielo y el canto,
crujir el largo adagio de las hojas
y nada oscilará que sea distante,
vencejos, aliagas, briznas, ojos,
más bien mi corazón marchito y claro
querrá seguir desnudo al lado de vosotros
por puro renacer, por estremecimiento.
  

* (La lectura conduce numerosas veces a la propia escritura. Basta la resonancia de un párrafo sin dudarlo certero para abrir en nosotros ese cauce por el que toma cuerpo una reflexión o un poema inesperado. Alguna vez puede ser que de un modo nebuloso ya estuviera latente pero al primero que se le revela es al autor mismo, que ha sabido escucharlo y ha empleado luego, con paciencia y oído, el tiempo necesario en afinar y acercarse a su sentido y su música. Pues la verdadera escritura es un acto de respeto y no un juego. Hay una confluencia entre la confianza que Marià Manent muestra en la vida, como en este poema que volví a leer de este modo, y la manera de concebirla y creer, que me llega de ella al contemplar y hacer mía su naturaleza.)  
   


1 comentario:

francisca diaz fernandez dijo...

Qué poema tan bello, y qué bonita la fotografía.
Leerlo, releerlo, y contemplar la imagen lleva
a vivir un momento de sensaciones especiales.
Gracias por estos nuevos regalos.
Yo te envío mi abrazo desde el Atlántico.