Era invisible
la frontera del aire
que te aguardaba.
Sigues en los colores
del final de la tarde.
* * *
Tu voz tan cálida
todavía convoca
la cercanía.
Con la misma certeza
del mar que eterno habla.
* * *
Entro en la casa
humilde de tu bella
caligrafía.
En la amable escritura
donde nada faltaba.
* * *
Allí en el aire,
en su diáfano centro
hallé tus nombres:
las siluetas queridas,
el vuelo del asombro.
*(Ayer, 10 de mayo, fecha del nacimiento de Ángel Campos Pámpano (1957-2008), quiso el tiempo anunciármelo de este modo. Gracias a su familia por proporcionarme esta fotografía juvenil e inédita.)
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