Al olvidarse de sí mismo, el escritor aparta de la vida una sombra y entonces puede verla. Así, sabe quien habla. Y la palabra y él llegan al mundo.
Si se ha sentido el ámbito preciso de lo mínimo, cómo volver para contarlo.
* (Hoy es el cumpleaños de F.J. Irazoki. He imaginado el sonido de su nacimiento en aquel caserío de Lesaka que visité hace años. En su voz persiste el mismo pulso de quien desgrana el tiempo asomado al reflejo del pozo que dio de beber a la casa y los pájaros. Por eso viajó lejos, con las vocales sin daño de sus ojos. En ti cupieron lenguas que no entienden de guerra ni se manchan. Y una red con el nombre de todos los amigos. Un abrazo.)
2 comentarios:
Felicidades a los dos: pocas celebraciones, quizás ninguna, son tan dignas de crédito como la de la amistad. Y mucho más en tiempos tan rácanos como los que corren.
Estimado Carlos Medrano: con su permiso comparto Centinela en mi blog Poetario y aprovecho para felicitarlo por su Blog y por haber corrido el riesgo de romper el silencio para que podamos conocerlo y disfrutarlo. Buscaré su obra para leerla completa. Un saludo cordial.
Jeniffer
Miami, FL USA
Publicar un comentario