sostenido la fórmula,
percibido el sentido
sin cadencia del tiempo.
Busqué limpio el origen,
lo concebí en mí mismo
cercano a lo que escribo.
Sé que a veces se esconde
y ahora sin él recorro
los parajes de siempre
a espera de que vuelvan
de nuevo las palabras
por encima del fondo
de las interrupciones
y sirvan de esperanza
como lugar posible
al costado del día
más agitado o denso,
como espacio seguro
de remanso que lleva
fácilmente de vuelta
al momento en que somos
mientras sucede el vuelo
sin cesar que se abre
y a veces pronunciamos,
o la lluvia nos cae
buscando las raíces
presentidas del bosque,
y el temblor, su volumen.
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