Entra con pies descalzos
tibio el otoño.
* * *
Nubes azules,
profundidad del aire.
Y al verla, de mi mente,
alada, clara, sin asirse,
al comienzo del día
-al menos por un día-
leve, ágil.
Nubes azules,
profundidad del aire.
Y al verla, de mi mente,
alada, clara, sin asirse,
al comienzo del día
-al menos por un día-
leve, ágil.
* (Septiembre trajo el cambio de estación y de ritmos. No siempre vienen con el tiempo y ocio suficiente para la escritura cuya inspiración no es otra cosa que armonía y centramiento, pero un apunte puede surgir en cualquier instante, en especial, cuando la naturaleza asalta haciendo todo fácil: esa imagen y vivencia ideal de lo mejor de la vida y de nosotros. De momento, el blog se toma un cierto descanso.)
2 comentarios:
El haiku, perfecto, Carlos. El segundo poema, un momento de serenidad y belleza para el lector.
Gran abrazo.
Aspiramos a ese estado que la naturaleza nos devuelve. Que pronto sea no un presentimiento o un deseo, sino algo visible y espontáneo en nosotros. Gracias, Elías.
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