Flor entre rejas.
Y en la calle vacía,
sobre la cal y piedra,
el cactus desplegaba
su memoria solar,
la llamarada efímera.
Fugitiva verdad.
Quien te contempla
recobra nuevamente
la imagen imprevista
del ciclo de la vida y su pureza.
Más allá de un final
la sed crea la fuente,
la órbita del tiempo,
el pulso y el latido
de lo audaz
que se inicia.
Montánchez, agosto de 2017
1 comentario:
Una delicada postal de verano
en imagen y versos.
Un abrazo
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