* (Esta cita, en cursiva, de Sophia de Mello, que recordaba hace poco Elías Moro, no dejó de ronronearme a todas horas queriéndome revelar o incitar a algo. Hay maneras de ser que nos abren -y comunican- hacia adentro el sentir, y hacia el mundo los ojos. Al agradecérselo, Elías me dice que para nada es suyo el mérito, pues la lectura de esta escritora se la debe a nuestro añorado Ángel Campos Pámpano, que tradujo su obra poética. A la vez, me cruzo en internet una alusión a esta misma escritora de otro amigo común, Tomás Sánchez Santiago, mencionando la cita desde su destello y asombro. Es este, con las justas palabras, el que quise marcar como claro propósito en un único verso. Y como suele ser costumbre, permite la distancia lo impalpable que es hondo.)
martes, 24 de julio de 2018
Voluntad
* (Esta cita, en cursiva, de Sophia de Mello, que recordaba hace poco Elías Moro, no dejó de ronronearme a todas horas queriéndome revelar o incitar a algo. Hay maneras de ser que nos abren -y comunican- hacia adentro el sentir, y hacia el mundo los ojos. Al agradecérselo, Elías me dice que para nada es suyo el mérito, pues la lectura de esta escritora se la debe a nuestro añorado Ángel Campos Pámpano, que tradujo su obra poética. A la vez, me cruzo en internet una alusión a esta misma escritora de otro amigo común, Tomás Sánchez Santiago, mencionando la cita desde su destello y asombro. Es este, con las justas palabras, el que quise marcar como claro propósito en un único verso. Y como suele ser costumbre, permite la distancia lo impalpable que es hondo.)
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4 comentarios:
Una reflexión doble muy bonita, tanto la de ella como la tuya.
Un abrazo
Magnífico, Carlos. En un solo verso hay una esencialidad y una armonía con la cita de Sophia de Mello difícil de conseguir. Lo urdes muy bien, y resulta un pálpito el encuentro de ambos versos. Ingenio, fulgor y esencia.
Te lo agradezco, Luis. Esa cita de Sophia de Mello me llevó a una reflexión en verso más larga, pero al final preferí la mención elemental de este único verso, nacido de otro que era un descarte guardado de un ejercicio en eneasílados que tú conoces, mira por donde. Me agradó este diálogo elevado a propósito con esta admirable autora.
Muchas gracias, Myriam, esta es una de esas entradas que definen un propósito de escritura. Me satisfizo haber dialogado así con este verso esencial de Sophia de Mello y haberlo incorporado en mí y poder dar con las justas palabras. Me hace bien la escritura de esta autora. En ella es nítido percibir que es real hablar de una literatura femenina: las palabras se disponen con otra sensibilidad, esta vez, exquisita.
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