de lo no conocido,
la cristalización
mineral
de las horas,
la soledad
que oxida
su cuchillo
incisivo,
la corteza amarilla
de las mudas palabras,
y
porque sólo la muerte
perdura
en su desgarro,
ha de soplar el viento
muchos siglos y noches,
muchos cielos y tierras,
mucho abismo y silencio,
antes que nada pueda
arañar esta tarde
y borrar sus reflejos
de arbolada corriente,
el rescoldo profundo
de cada filamento,
o cegar el destello
vertical de los bosques
aquí donde,
detenido ante el margen
ha de soplar el viento
muchos siglos y noches,
muchos cielos y tierras,
mucho abismo y silencio,
antes que nada pueda
arañar esta tarde
y borrar sus reflejos
de arbolada corriente,
el rescoldo profundo
de cada filamento,
o cegar el destello
vertical de los bosques
aquí donde,
detenido ante el margen