Te llamo, Ángel,
como Campos de lluvia
a un claro Pámpano.
como Campos de lluvia
a un claro Pámpano.
Susurro ante los montes
que no supe perderte.
* (Ayer, 25 de noviembre, cada año no pocos de sus amigos mitigamos su ausencia teniéndolo presente y volviendo a releer sus poemas. En las redes sociales, desde el día anterior, fui encontrando señales de quienes fueron sus amigos coetáneos, otros lectores fieles en difundir sus versos, y de jóvenes autores que a falta de tratarlo lo leyeron tras su muerte, con citas - por abrazar el aire me he acercado hasta aquí - y palabras de afecto renovando lo íntimo. Miguel Ángel Lama quiso decirlo de este modo que al verlo a medianoche me sorprendió. Inesperadas correspondencias para este 25. Y al responderle, este tanka contenía su nombre. ACP poseía el don de entender lo que en la literatura sucede. No sólo lo ejerció; como el guardián del fuego que quería trasmitirlo, no paró de inculcarnos su querencia por la hermosa tarea del creador: Anterior al oficio del que escribe / las cosas no existían. Y así hacerlo de todos.)
1 comentario:
Hola Carlos, ¡aciago 25 de noviembre! Soy una de las personas que lo leyó (y de las que se enamoró de sus versos) cuando aún estaba aquí, aunque no tuviera la suerte de conocerlo personalmente; pero fue y es suficiente, con toda la información que tengo, para añorar todo lo de Él.
Su persona, su labor, su obra... Esa SEMILLA EN LA NIEVE que tantos ratos vacíos ha llenado y llena en mí, por compartir el mismo sentimiento con el que él lo escribió; su buen hacer y su bonhomía, también me hacen recordarle, aunque sé que no es comparable al dolor de los que fuisteis sus amigos.
Por ello, al leer tus palabras (bellos versos) y al escribir las mías, me siento especialmente cerca de ti y de su recuerdo.
Un abrazo.
Publicar un comentario