viernes, 1 de julio de 2022

Los ojos del Guadiana

Dentro de mí,
en vuelo,
un alcotán herido
por la luz deseada
desciende al pozo oculto
de las fuentes
y recoge una espiga
que expande
en su planeo
un largo atardecer
sin caída posible.
Cuando llegue la noche
a beber de mis labios
presentirá
la luz de la mañana
aún no nacida,
el rocío del olvido,
el temblor
de unas manos 
transparente,
el soplo
a ras de suelo
de este aire
a cuyo tacto
que me acoge acudo.
Así la vida desvanece el ruido,
así la sed saciada ante el viaje
aborda el horizonte.





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