Hay palabras que sanan
de las que nadie se alejaría sin dejar de leerlas.
Y en un día de pronto
quedan también escritas.
La frontera del agua.
Un instante en que eres sólo parte de ellas
y tu mano disuelve
el temblor de una rama,
y la rama disuelve
el temblor del que vive.
y la rama disuelve
el temblor del que vive.
* (Hay noticias como la del fallecimiento de Miguel Ángel Velasco, que me llegó por Álvaro Valverde, amigo en cuya lectura hallo uno de mis remansos y de mis motivos -Rubén Darío dixit- cacereños. Luego, la vida aguarda su sentido, a una y otra orilla: el de llegar a vernos o encontrarnos, cada uno a sí mismo. Mientras tanto, cuántas veces la angustia entre días sencillos. Hubo un amigo del que aprendí que los inmortales eran tristes. Alguien tachó una línea: y que un día, felices, vencieron a la muerte. Aquí, una magnífica semblanza de José Carlos Llop.)
9 comentarios:
Emocionado, tembloroso, al borde de la lágrima. Así se escribe, Carlos. Y perdóname si algunas veces te riño. Quiero lo mejor para ti. Y en esta frontera del agua está lo mejor tuyo.Yo no tengo que sumar las horas que nos hemos visto sino todos los días en que de ti me acuerdo. Y se cuentan por miles.
Muy bueno tu poema, Carlos, sin duda. De lo mejor que te he leído. Y no es la única muestra de tu "resurrección" poética, al menos hacia fuera. Tus lectores estamos contentos.
Gracias por la cariñosa mención. Ya sabes cuánto te apreciamos.
Abrazos.
Qué hermoso poema, Carlos.
En la frontera del agua, ser parte de esas palabras que sanan, aplacando temblores.
Me quito el sombrero.
Abrazos.
Elías
Con esta claridad me gusta verte. Uu cariñoso abrazo.
Gracias por compartir, Carlos.
Me alegra poder encontrarte por estos lares...
Sanantes palabras, de esas que reconfortan el espíritu y te reconcilian con la poesía.Sigo insistiendo, Carlos, no nos podías seguir dejando huérfanos de tus estupendos escritos.
Un abrazo desde la "serena" Extremadura.
Muchas gracias a todos. Más allá del elogio, no importa tanto quien escriba sino que seamos capaces de mantener la voz poética y ésta destelle con sus iluminaciones, vengan a través de quien vengan (un autor consagrado o el que empieza) y crear espacios a salvo y superiores de la vida. Hay lectores que crean y que estimulan a la vez la poesía.
"Las palabras que sanan..."
"El temblor del que vive..."
¡Qué puro ese temblor de transparencias, Carlos!
¡Cómo se necesita ese respiro de luz...!
Desde la frontera del agua
desde el temblor del cariño
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