sábado, 8 de abril de 2017

Desde el fuego

Si arde el cielo,
retén del horizonte
el cristal de la noche
que abre la voz del aire,
la llama infranqueable
en torno a lo inocente.
Donde el musgo persiste,
en los ojos del bosque,
la danza de los peces
y el pulso de las fuentes
responden al destello
de la vida al dormirse.
 
     imagen de un atardecer sobre Artà, tomada el 25 de diciembre de 2016 

1 comentario:

Myriam dijo...

El pulso de la vida que clama, canta y persiste también en el silencio.

Precioso.

Besos, Carlos