martes, 13 de enero de 2015

Apunte

Flor sin nombre
sorprendida en tu llama
volcada hacia ti misma,
¿hacia dónde te inclinas
que no veas el reflejo
quebrado que a ti llega?
Frágil conciencia
del color y la altura
que seduce y no importa.
Malva melancolía
irisada en las horas
movidas por la brisa.
Leve vitral
de la delicadeza
sobre el hilo
que une
tu corola a la tierra
teñida así de alas.
Ella aspira
tu memoria no vista
por quien cruza
de cerca
y no repara
en tu razón de ser
sostenida,
no etérea,
tan sutil a distancia
que pasa inadvertida.
Cuánto duras
si el rocío o la luz
-también nuestra presencia-
su inmensidad
esquivan
reflejada,
breve tiempo,
en tu aroma.
 

1 comentario:

Alfredo J Ramos dijo...

Precioso, Carlos (y también, perdona el juego, con una "o", la intercalada, menos). De pronto, en una primera lectura, creía estar oyendo, aunque con voz un poco "zamorana", al mismo Claudio Rodríguez, que los dioses guarden. Después parecía que se me aparecía (incluso así, inserto en resonancias a punto del desbaratamiento) un eco de algún JRJ, con su atenta percepción del interior de las cosas. Pero, finalmente, mientras disfrutaba la sutil música sostenida por rimas casi imperceptibles pero persistentes, logre zafarme de los ecos y caí en la cuenta de que es de nuevo tu mejor voz: un "medrano" en toda regla. Todo un disfrute.