Si voy a ti no necesito nada.
La ciudad donde estás no te rodea
y desde tu interior
me abre sus puertas
a un rostro y boulevard llenos de música.
A través de tu piel
llego a sus fuentes, plazas, árboles,
cafés, teatros, noches y arrabales.
Una moneda al aire que no cae
y gira y brilla libre y nos seduce.
Hablo de una mujer hecha de calles
que baila y arde bajo el sol y lluvia
una canción de barro y de libélulas.
Leo en tu voz esa ciudad que duerme
a cuyo lado se despierta el aire.
2 comentarios:
Excelente, maestro.
"...esa ciudad que duerme/ a cuyo lado se despierta el aire."
Ole.
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