domingo, 5 de marzo de 2023

Orilla

El hielo quema
el aliento de un pájaro
sobre una boca.

Labios que vuelan
y vuelven aleteo
lo que más buscan.

Llevan la savia
para encender el templo
de cada día.

Como esa vela
ardiendo mar adentro
de tantas cosas.


* (Hay poemas que surgen de una imagen, de un cruce de palabras y de ese ronroneo que como un brote vegetal de la tierra la abre para ofrecer su claridad al sol. La visita del frío en su forma de nieve a la vez en Mallorca y Nueva York con que se fue febrero hizo el resto al cubrir la tibieza. De ida y vuelta selló esta resonancia para advertir que bajo cualquier signo vulnerable se obra la verdad y el misterio de la vida y la muerte con su reto de elevar sobre el tiempo una llama o incendio capaz de perdurar en lo profundo del brillo de los ojos.)
  
 
fotografía de Hilario Barrero, de un paseo por Brooklyn           
                                  

3 comentarios:

Por hache o por be dijo...

Preciosos haikus. Se derritió la nieve, las flores se secaron,
queda el fulgor de la poesía.

bisílaba dijo...

En el deshielo
con renovada fuerza
la flor asoma.

Saludos!

Carlos Medrano dijo...

Gracias, Hilario, por esta nueva entrada compartida. Que haya más. Por amistad y sugerencia. Es una regalo leerte. Un creador es un pintor con las palabras, y en lo que cuentas los días llegan de otra manera, y son vida.

Y qué sorpresa de haiku, bisílaba, como anillo al dedo de esta fotografía. Me ha alegrado. Que sigan.