En donde nace el mar y cae la luna
tus ojos submarinos se revelan
igual que mariposas que naufragan
y avanzan con sus alas confundidas.
El mar, ante mis ojos empañados,
eleva una canción salobre y sola
donde se anega cada noche el aire
y arroja entre mis venas su ventura.
El mar desconocido, el mar frontera,
el mar que es catedral de soledades,
el mar descalzo y frágil cuando miras,
el mar donde citarte cuando asoma
la luz de ese delfín que al mediodía
acude y merodea en esta cala.
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