viernes, 10 de junio de 2011

Lenta noche

Junio de lluvia impar y tres eclipses.
Qué gala para el mar si de las nubes
tu pie desciende pese a caracoles,
la piel de níspero lunar creciente
olvida la canción que la detiene,
el musgo corre para despedirse
y el tacto dice adiós de finisterres.
Junio de cielos donde el sol no luce
ni importa la belleza que no nace.
Hallo en la brisa ese placer que acoge
bajo una fuente con los ojos grises
abiertos a mis ojos y a más lumbres.
 
 
* (Permítaseme este poema de sentires gallegos surgido en la emoción de escuchar en este inesperado mes de lluvias a Luz Casal o Amancio Prada Negra sombra y también recordar el poema Mar adentro de Ramón Sampedro, con la añoranza abismal que se abre de lo bello en la orfandad de lo más necesario.)
  

2 comentarios:

Narci M. Ventanas dijo...

Precioso este poema, que nos sumerge en una noche mágica e interminable de inagotable lirismo y cadencias arrolladoras y arrulladoras.

Saludos

Alfredo J Ramos dijo...

Un junio a contratiempo que nos llega a decir de su noche lo que la noche y sus eclipses tantas veces callan. Y que también nos va a traer, ya se verá, sus lumbres, como apunta el final. Entre las "negras sombras" mencionadas (ambas imprescindibles), me parece que tampoco desmerece esta otra, de aire más mediterráneo, como parece inevitable tratándose de la voz de Maria del Mar Bonet, pero no menos íntimo.

Junios y sombras que van y vienen desde finisterres hasta islas de lápices, sin cambiar de costa ni perder travesías, pues para estos asuntos, y más si es de noche, siempre es el mismo el mar.