En el rostro que miro está la imagen
idéntica del mundo y de mí mismo.
Me suceden las cosas que contemplo,
busco la claridad de lo inmediato.
Y hay un hueco en mi mano,
y en mis pies, y en mi cuerpo
que no temo.
No interfiero, no rompo, no poseo.
Y al ser, concedo y siento
algo que da la mano:
suficiente fragmento que por hoy necesito.
3 comentarios:
* (El funcionamiento del blog me aconsejó bien pronto la conveniencia de titular cada una de las entradas introducidas, lo que en la práctica de la escritura poética no siempre es necesario. Esta exigencia me ha disciplinado para bien en lograr una referencia que no fuera obvia o inútil. El poema en prosa de hoy es de los textos escritos -pocos, pero apreciados y selectos- en mis tres años de Jaraíz de la Vera y fue concebido así, exento de un encabezamiento. El de hoy es sólo introductorio y del mismo modo podía haber sido otro, por ejemplo ese 'suficiente fragmento' que alude a este otro modo de conciencia para el recorrido diario)
Hermosísimo, Carlos.
Espero (felices días, Carlos) que estos comentarios no queden solo en este limbo de la red; que los conserves, que los guardes. Yo haré lo que pueda. Anoto y archivo lo que veo y me interesa.
Un abrazo.
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