geoda germinal de lo que lleva el nombre
con que se ordena la materia,
no miedo ante el ocaso
que dulcemente se reclina y duerme.
Esconde siempre la manera
con que los días te contemplan
y pasan incapaces
de retener la cuenta de tu euritmia.
El vuelo rosa del flamenco
planea en las lagunas, curva
la condición voraz del tiempo.
* (Hace unos días, en un rápido cruce de mensajes con una joven escritora y traductora de poetas rusos a la que desconocía presentada por nuestro entrañable parisino de Lesaka F. J. Irazoki, surgió una leve e interrumpida conversación sobre la ocultación de la edad en algunas mujeres. Mero juego al que un rato de paz mientras mi hija nadaba me procuró estas palabras.)
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