domingo, 13 de septiembre de 2015

Fragua

Se pone el día
sobre la isla.

El poder de la noche
ancla su orilla a tierra.

Inclinado a las olas
el silencio descansa.

Un jardín de agua clara
hace oscilar la luna.

Y el pie dentro del agua
nunca deja memoria.

Quien se desvela inicia
la luz interrumpida.

Ante el mar unos ojos
sin querer se reflejan.
 
 

* (Es el primer 11 de septiembre que no he podido felicitar en su cumpleaños a Santiago Castelo. Por su final, este poema me lleva a recordar aquellos Cuatro emblemas que dirigí a él, Ángel Campos, Álvaro Valverde y -como dije- quise estar con vosotros. Ahí seguimos estando.)
  

2 comentarios:

Álvaro Valverde dijo...

Un abrazo, Carlos. Ahí estamos.

Alfredo J Ramos dijo...

Qué hermosa idea la de ver la noche como un ancla que impide que la isla siga a la deriva. Imagen poderosa. Menos es más.
Un abrazo ya casi (y sin casi) otoñal, Carlos.